Cuartielles, pura vitalidad
Peragón CuartiellesEl pasado 24 de septiembre nos dejó alguien mágico, auténtico, adepto al arte, a su familia y a sus amigos. El último lunes del pasado septiembre de 2018 el gran artista contemporáneo Rafael Cuartielles, por fin se reunió con sus estimados Picasso, Goya, Rubens, Van Gogh, Miguel Angel, etc… allá donde estén. Tuve la grandísima suerte de ser su amigo los últimos años de su vida y siento que debo dedicarle aquí un pequeño pero sentido homenaje. Mi historia con Rafael empezó en nuestra galería de arte de Cerdanyola del Vallés, a principios de 2010.
Entró en nuestro local con su vitalidad, ilusión y jovialidad características, y a pesar de sus ya 76 años. Y lo hizo con una gran carpeta repleta de dibujos, una gran sonrisa y toneladas de arte que ofrecer. Tan sólo aprecié media docena de sus dibujos y conversé con él apenas 10 minutos, y ya sabíamos que no sólo íbamos a trabajar y a disfrutar del arte juntos, sino que seríamos también grandes amigos, como así lo fuimos.
Rafa, fue un artista incansable, dibujaba y/o pintaba todos los días, el arte era su vida. Me consta que hasta el último día en el hospital de Sant Pau así lo hizo. Tuvimos interminables conversaciones sobre arte y sobre la vida, porque tanto para él como para mí, eran y son lo mismo. Esas irrepetibles y valiosas vivencias las tuvimos en la galería, delante de unas cervezas o desayunando “botifarra amb mongetes” en el Racó del Gourmet de la Plaça Sant Ramón. Aunque de gustos sencillos, fue un sibarita hasta el último día. Me contó su hija Cristina que el día anterior a su fallecimiento degustó unos deliciosos mejillones que le hicieron llegar “d’amagatotis”, ¡imaginaos qué vitalidad!
Fui a visitarle al Hospital unos días antes de que se nos fuera, y aunque realmente estaba muy enfermo, nos despedimos teniendo quizás una de las conversaciones más profundas que pueden tener dos amigos. Hablamos de arte, de la vida y de la familia, y lo mejor, reímos y bromeamos como siempre. La pureza artística de la obra de Cuartielles derivaba de su amor por la familia, el amor por su mujer, por sus tres hijas y su hijo, por sus nietas y nietos, y el amor hacia sus amigos. Él fue hijo único y por eso con su mujer Teresa, decidieron tener una gran familia, y lo consiguieron. Todo lo anterior era la verdadera razón de la vitalidad, potencia y “pulmón” que muestra su arte. Cuando a Rafa le interesaba o no una obra, destacaba de ella si ésta poseía “pulmó”o no lo tenía.
Optimismo, alegría, fraternidad, comprensión y, sobre todo, identificar siempre los aspectos positivos de una persona, situación, vivencia, artista u obra de arte, son sólo algunos de los que fueron sus valores. Esos aspectos de la vida formaban parte habitual de nuestras conversaciones, y mostraban la grandeza del arte y la humanidad de este gran amigo, artista y persona que fue Rafael Cuartielles.
Me despedí de él hoy hace exactamente un mes, el sábado 8 de septiembre. Lo hice con un sentido beso y un abrazo, pero con la duda de si aún su enorme vitalidad podría hacerle superar el cáncer que combatió durante largos años, y que al final se lo llevó a los pocos días. Así era mi amigo, pura energía y vitalidad. Por suerte, su arte nos queda para constatarlo. Gracias Rafa por ser alguien tan sensible y extraordinario. Nunca te olvidaré.
Pep Peragón.
Llavaneres, 8 de octubre de 2018