Antoni Tàpies y la onda expansiva de la bomba atómica

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Cuando el fatídico resplandor atómico se adueñó de los cielos de Hiroshima y Nagasaki el mundo cambió, y con él el mundo del arte. A ambos lados del Atlántico, cenizas y escombros encontraron su lugar en cuadros y otras representaciones artísticas, dando lugar a una serie de corrientes que agrupamos bajo el nombre común de informalismo pictórico. Antoni Tàpies fue uno de sus principales exponentes en Europa. 

La II Guerra Mundial y el interés por la materia

La guerra nunca pasa de puntillas. Avanza arrasando lo tangible y alterando lo intangible. Los sucesos acontecidos durante la II Guerra Mundial supusieron una ruptura radical en la creación artística del momento. Tanto en Europa como en América, diversos artistas sensibilizados con los hechos rehusaron de los temas y procedimientos de la época en aras de conseguir un lenguaje nuevo con el que expresar, de manera más acorde, el convulso zeitgeist vivido a mediados del siglo XX. 

Agrupamos estas corrientes abstractas bajo el epígrafe informalismo pictórico debido al común interés por la materia que demuestran los artistas que a ellas se adscriben. De este modo, la expresión informalista desborda los límites academicistas incluyendo ceniza, madera, telas y objetos diversos en las composiciones: testigos mudos de la destrucción y de la desolación.

Puerta Metálica y violín (1956) - Antoni Tàpies

El pintor catalán Antoni Tàpies, uno de los máximos exponentes del informalismo pictórico en Europa, manifiesta muy pronto interés por la materia y por sus posibilidades expresivas, hecho que le lleva a experimentar con numerosos componentes a lo largo de toda su carrera artística. Nos centramos por ahora en su etapa informalista, en la que fue plenamente influenciando por las noticias de la Guerra.

Materia y desolación en la obra de Tàpies

Cenizas, escombros, desolación. Las devastadas escenas que nos presentan los cuadros del Tàpies informalista albergan el grito callado del convulso siglo XX. 

Uno de los fundadores del grupo vanguardista Dau al Set, Tàpies inició ya a principios de los años ‘50 un claro proceso de aproximación al informalismo matérico, empleando para la creación de sus pinturas un procedimiento mixto en el que combinaba diversos componentes (como ceniza o polvo de mármol) con aglutinante hasta conseguir empastes sobre los que trabajar posteriormente. Esta técnica le permitía obtener los acabados densos, ásperos y rugosos típicos de su obra, que la sitúan en el límite entre la pintura y el bajorrelieve. 

Durante su etapa estrictamente informalista, Antoni Tàpies vuelve su lenguaje pictórico más críptico, despojando a la composición de cualquier elemento de carácter figurativo, que es sustituido por determinados signos y motivos abstractos. Destaca también la austeridad de la gama cromática empleada, que apenas se compone de una sobria combinación de tierras y grises. Hallamos entonces una pintura encerrada en sí misma, oscura, falta de esperanza, desgraciadamente acorde a los tiempos en los que fue pintada.

Forma Negra sobre Cuadrado Gris (1960) - Antoni Tàpies

El interés por la potencialidad de la materia seguirá presente en los cuadros de Tàpies a lo largo de toda su carrera, aunque a finales de la década de los ‘50 se distancia del informalismo y toma un nuevo rumbo que le encamina hacia el arte conceptual, comenzando a reconectarse con la realidad al incluir en sus pinturas objetos cotidianos que, poco a poco, irán ganando terreno hasta convertirse en motivo principal; válidos en sí mismos, fuera de todo contexto.

Matérico, abstracto, informalista, conceptual… muchos atributos se le han asignado a Antoni Tàpies, y ninguno alcanza para englobar la profundidad y diversidad de su personalísima obra.

Si quieres saber más sobre este interesante pintor catalán, puedes echar un vistazo a las entradas del blog dedicadas a Antoni Tàpies, Conoce también todas las obras de Tàpies a subasta.