La Navidad según el pintor Salvador Dalí

Salvador Dalí es uno de los pintores españoles que más ha dado que hablar, tanto por su originalísima e inquietante obra, como por su complicada personalidad. Los resultados de sus aproximaciones artísticas a diversos temas, tales como la muerte, la guerra o la sexualidad, siempre han producido controversias, y no sucedería de distinta manera con otro tipo de representaciones que, aunque más festivas, también resultaron indigestas para los delicados estómagos que poblaban el mundo del arte a mediados del siglo XX; y es que la Navidad según Dalí, puede convertirse en un plato demasiado fuerte.

Salvador Dalí y la Navidad

Noel (1948) es la primera obra creada por Dalí en referencia a la Navidad de la que tenemos constancia. Se trata de un boceto realizado en 1948 para la portada de la famosa revista Vogue, en el que podemos apreciar los elementos más característicos de la pintura daliniana, tales como la mágica simetría de los componentes, o la combinación interdependiente entre elementos arquitectónicos y naturales que se entremezclan configurando un paisaje hostil, desértico y de apabullante carga simbólica.

Las postales navideñas de Salvador Dalí

Sin embargo, la gran aproximación del pintor de Figueres a la temática navideña se produce una década después de que este primer paisaje surrealista navideño viera la luz. Fue a finales de los ’50 cuando Salvador Dalí crea la primera pieza de una serie de diecinueve tarjetas de Navidad realizada por encargo de la compañía editorial Hoeschts Ibérica, la cual las enviaba anualmente a médicos y farmacéuticos de toda España para felicitarles las fiestas.

Es de reseñar que en la felicitación de Navidad de 1958 podemos ver cómo Dalí toma para su representación elementos más propios de los países anglosajones o de la Europa Central que de la tradición católica, como el abeto, rompiendo así con la representación mediterránea del Belén y la ofrenda de los Reyes Magos. El abeto será una constante a lo largo de toda la serie, aunque el maestro combinará con estos elementos importados símbolos de la más castiza tradición y literatura españolas, como podemos apreciar en las tarjetas diseñadas por el genio surrealista en  1960 y 1961, en las que se hace referencia –en primera instancia- a Don Quijote de la Mancha, representado en el tronco del árbol enfundado en su armadura; o al ilustre pintor Diego de Velázquez, al que Dalí hace un guiño convirtiendo a Gala en una de sus pomposas meninas.

El "primer Christmas Astronáutico", por Dalí

También es difícil mantenerse impasible ante la tarjeta navideña que Dalí diseñó en 1962, definida por él mismo como “el primer Christmas astronáutico”, en el que el artista celebra los avances tecnológicos de su época, relegando en esta ocasión el abeto y su componente festivo a un plano menos relevante, siendo representado en el ángulo superior izquierdo de la obra. En la postal navideña de 1964 el abeto recupera su protagonismo, y también podemos apreciar la inquietante carga simbólica típica del universo profano de Dalí: penetrantes ojos en un imponente rostro que acapara los cielos, recortándose tras la figura del árbol, que aloja en vez de hojas toda una suerte de efecto óptico.

Polémica ante la idea daliniana de la Navidad 

Las tarjetas Navideñas de Salvador Dalí contaron con una buena aceptación en España, sin embargo, no fueron tan bien recibidas en los Estados Unidos. A pesar de que el artista ya había participado en proyectos publicitarios y artísticos con anterioridad, de las diez tarjetas navideñas que el pintor surrealista entregó a la prestigiosa compañía Hallmark para su publicación, solo dos vieron la luz. Según los responsables de la editorial en aquél momento, el descarado vanguardismo de la obra de Dalí no era adecuado para el consumidor promedio estadounidense, acostumbrado a representaciones tradicionales como las encarnadas en las ilustraciones de Norman Rockwell, que publicó treinta y dos postales en Hallmark entre 1948 y 1958: sus sonrosados y simpaticones Santa Klaus fueron  un éxito, convirtiéndose en todo un icono navideño todavía reconocible hoy en día; una aceptación masiva de la que no gozaron los personalísimos e inquietantes diseños de Salvador Dalí.

¿A tí qué te parecen? ¿Felicitarías las fiestas con una de estas postales? 

 

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